http://www.elperiodicodearagon.com/ El XXX Descenso de Nabatas del Río Cinca, organizado por la Asociación de Nabateros, discurrió ayer con cierta dificultad. La escasez de caudal gastó más de una mala pasada a las tres balsas que recorrieron los 11 kilómetros que separan Laspuña de Aínsa, en el Sobrarbe. "Esta vez el río no lleva mucha agua porque el deshielo se interrumpe de noche, al bajar la temperatura, y porque tampoco ha llovido últimamente", señaló ayer Joaquín Betato, uno de los miembros fundandores de la asociación, que se creó en 1984 para rescatar del olvido un oficio, el de nabatero, que había desaparecido durante los años de la posguerra. Al haber menos agua en esta edición, fue preciso que cada una de las nabatas llevara cinco ocupantes en lugar de los seis que transportan habitualmente. "Dos de las nabatas han embarrancado cuando habíamos recorrido 200 metros", explicó Betato. "Había poco caudal y al aflorar las piedras era más fácil e