Nabatas 2020
Nabata que ha descendido hasta Ainsa.
Recibimiento de la nabata en la residencia La Solana(Ainsa)
Hoy penultimo domingo de mayo, un año más con el trabajo durante los fines de semana de este año ya tenemos la madera lista en el agua, despiertos desde las 8 de la mañana todo listo para ir al monolito vestidos y calzados con las albarcas, a las 9,30 misa nabatera en la glera del rio, mientras estan preparando el almuerzo para todos los asistententes, vino, pan, jamón, longaniza, sardinas saladas y risas que compartir con el numeroso público que aguarda a la salida junto rio, las nabatas con el público subido en ellas, foto tras foto el recuerdo, troncos en el agua del mayenco a punto de recoger a los compañeros entusiasmados para bajar hasta el pantano donde finaliza el recorrido en Ainsa, un trayecto cargado de gente coreando a nuestro paso por lugares insospechados, cruzar el puente, cargado de público de lado a lado aplaudiendo el esfuerzo realizado, nabateros abrazados y euforicos por haber bajado sanos y salvos, para rematar una comida de hermandad para contar las hazañas vividas, finalizaría así un fin de semana cargado de ilusión, pero este año es diferente, la madera quedó en el almacen aguardando para un próximo descenso, los berdugos quedaron cortados a la espera de ser retorcidos, un año más, la nabata llegó a Ainsa, pero no paró en la cola del pantano, sino a la residencia La Solana, este año queremos rendir homenaje a nuestros mayores con una nabata dulce.
Recibimiento de la nabata en la residencia La Solana(Ainsa)
Hoy penultimo domingo de mayo, un año más con el trabajo durante los fines de semana de este año ya tenemos la madera lista en el agua, despiertos desde las 8 de la mañana todo listo para ir al monolito vestidos y calzados con las albarcas, a las 9,30 misa nabatera en la glera del rio, mientras estan preparando el almuerzo para todos los asistententes, vino, pan, jamón, longaniza, sardinas saladas y risas que compartir con el numeroso público que aguarda a la salida junto rio, las nabatas con el público subido en ellas, foto tras foto el recuerdo, troncos en el agua del mayenco a punto de recoger a los compañeros entusiasmados para bajar hasta el pantano donde finaliza el recorrido en Ainsa, un trayecto cargado de gente coreando a nuestro paso por lugares insospechados, cruzar el puente, cargado de público de lado a lado aplaudiendo el esfuerzo realizado, nabateros abrazados y euforicos por haber bajado sanos y salvos, para rematar una comida de hermandad para contar las hazañas vividas, finalizaría así un fin de semana cargado de ilusión, pero este año es diferente, la madera quedó en el almacen aguardando para un próximo descenso, los berdugos quedaron cortados a la espera de ser retorcidos, un año más, la nabata llegó a Ainsa, pero no paró en la cola del pantano, sino a la residencia La Solana, este año queremos rendir homenaje a nuestros mayores con una nabata dulce.